Tu fotografía cuenta más información de la que crees
En muchas ocasiones se publican fotografías a las que cualquier persona puede acceder. Conoce qué datos se pueden obtener a partir de ellas y como consultarlos tú mismo.
Las siglas E.X.I.F. significan "Exchangeable Image File Format". Se trata de una especificación para formatos de archivo de imagen usado por las cámaras digitales y que cualquier otro dispositivo ha heredado para tomar fotografías, como son los teléfonos móviles.
Esas fotos que se toman en cualquier momento y lugar, pueden guardar más información personal de la que creemos saber.
Estos datos adicionales llamados metadatos, cubren un amplio espectro de información que probablemente incluirán:
- Hora y fecha en la que se hizo la fotografía.
- Formato y tamaño de la foto.
- Configuración de la cámara: modelo y marca de la cámara o móvil y los parámetros utilizados: apertura y velocidad del obturador, distancia focal, tiempo de exposición, etc.
- Datos de localización. No todos los móviles almacenan esta información pero es muy común que por defecto esté activada la localización por GPS, ya que luego puede ser usada en aplicaciones como Google para colocar las fotos que hemos tomado en un mapa. Esta información permite a cualquier persona que tenga acceso a la fotografía conocer el sitio exacto donde fue tomada e incluso el recorrido realizado si se trató de varias tomas.
- Descripción e información sobre el autor: esto es algo que ya no es tan común pero también se puede añadir la autoría de la foto por defecto en estos datos.
Entonces la pregunta que surge es: ¿Cómo se puede consultar estos datos? Casi cualquier programa de edición de imágenes puede tener acceso a estos datos y que, a simple vista, no aparecen. Están codificados en el archivo de la imagen y es posible desplegarlos incluso pulsando en "Propiedades" con el botón derecho del ratón en Windows o en el menú "Obtener Información" de MacOS X.
Pero si queremos ver todos los datos posibles, es mejor recurrir a programas más especializados como Photoshop que permite obtener toda la información disponible y que es probable que ni supiéramos que existía.
El caso es que una sola foto ofrece una gran cantidad de datos y el sentido común suele ser la mejor forma de proteger tu privacidad. Por todo esto, lo mejor es pensar bien qué fotos se publican o editarlas para cambiar su composición.